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Mostrando las entradas de abril, 2017

Le testament français - Andreï Makine

«Où est la vérité?» me demandais-je en suivant distraitement l'histoire (les souverains se lèvent, le public se retourne pour les ovationner). «Ces spectateurs vont les maudire bientôt. Et il ne restera rien de ces quelques jours féeriques! Rien…» Cette fin que j'étais condamné à connaître d'avance me sembla tout à coup si absurde et si injuste, surtout en pleine fête, au milieu des feux de la Comédie-Française – que j'éclatai en sanglots et, en repoussant mon petit tabouret, je m'enfuis dans la cuisine. Jamais je n'avais pleuré aussi abondamment. Je rejetais rageusement les mains de ma sœur qui essayait de me consoler. (Je lui en voulais tellement, à elle qui ne savait encore rien!) À travers mes larmes percèrent quelques cris désespérés: – Tout est faux! Traîtres, traîtres! Ce menteur à moustaches… Un Pr...

La place - Annie Ernaux

Roman autobiographique Né du besoin de l'auteur d'écrire sur son père après la mort de celui-ci, le livre retrace la vie d'un homme issu du monde rural et devenu petit commerçant. Refusant tout sentimentalisme, Annie Ernaux évoque son père et sa relation avec lui de façon détachée et distante, et vise, par le dénuement de l'écriture, une certaine objectivité. Au-delà de la dimension biographique et personnelle du récit,  La Place  poursuit un but sociologique : l'étude du milieu des petits commerçants dans les années 40-70. L'ouvrage a été récompensé par le prix Renaudot en 1984.

Parfum exotique - Fleurs du mal - Baudelaire

XXII - Parfum exotique Quand, les deux yeux fermés, en un soir chaud d'automne, Je respire l'odeur de ton sein chaleureux, Je vois se dérouler des rivages heureux Qu'éblouissent les feux d'un soleil monotone ; Une île paresseuse où la nature donne Des arbres singuliers et des fruits savoureux ; Des hommes dont le corps est mince et vigoureux, Et des femmes dont l'oeil par sa franchise étonne. Guidé par ton odeur vers de charmants climats, Je vois un port rempli de voiles et de mâts Encor tout fatigués par la vague marine, Pendant que le parfum des verts tamariniers, Qui circule dans l'air et m'enfle la narine, Se mêle dans mon âme au chant des mariniers.       Charles Baudelaire,  Les Fleurs du mal

L'étranger - Baudelaire

L'étranger "Qui aimes-tu le mieux, homme énigmatique, dis ? ton père, ta mère, ta sœur ou ton frère ? - Je n'ai ni père, ni mère, ni sœur, ni frère. - Tes amis ? - Vous vous servez là d'une parole dont le sens m'est resté jusqu'à ce jour inconnu. - Ta patrie ? - J'ignore sous quelle latitude elle est située. - La beauté ? - Je l'aimerais volontiers, déesse et immortelle. - L'or ? - Je le hais comme vous haïssez Dieu. - Eh ! qu'aimes-tu donc, extraordinaire étranger ? - J'aime les nuages... les nuages qui passent... là-bas... là-bas... les merveilleux nuages !"  Charles Baudelaire -  Le Spleen de Paris

La mort du loup - Alfred de Vigny

Alfred de VIGNY    (1797-1863) La mort du loup I Les nuages couraient sur la lune enflammée Comme sur l'incendie on voit fuir la fumée, Et les bois étaient noirs jusques à l'horizon. Nous marchions sans parler, dans l'humide gazon, Dans la bruyère épaisse et dans les hautes brandes, Lorsque, sous des sapins pareils à ceux des Landes, Nous avons aperçu les grands ongles marqués Par les loups voyageurs que nous avions traqués. Nous avons écouté, retenant notre haleine Et le pas suspendu. -- Ni le bois, ni la plaine Ne poussait un soupir dans les airs ; Seulement La girouette en deuil criait au firmament ; Car le vent élevé bien au dessus des terres, N'effleurait de ses pieds que les tours solitaires, Et les chênes d'en-bas, contre les rocs penchés, Sur leurs coudes semblaient endormis et couchés. Rien ne bruissait donc, lorsque baissant la tête, Le plus vieux des chasseurs qui s'étaient mis en quête A regardé le sable en s'y couchant ; Bie...

El almohadón de plumas - Horacio Quiroga

El almohadón de plumas Su luna de miel fue un largo escalofrío. Rubia, angelical y tímida, el carácter duro de su marido heló sus soñadas niñerías de novia. Ella lo quería mucho, sin embargo, aunque a veces con un ligero estremecimiento cuando volviendo de noche juntos por la calle, echaba una furtiva mirada a la alta estatura de Jordán, mudo desde hacía una hora. Él por su parte, la amaba profundamente, sin darlo a conocer.  Durante tres meses − se habían casado en abril− vivieron una dicha especial. Sin duda hubiera ella deseado menos severidad en este rígido cielo de amor; más expansiva e incauta ternura; pero el impasible semblante de su marido la contenía siempre. La casa en que vivían influía no poco en sus estremecimientos. La blancura del patio silencioso − frisos, columnas y estatuas de mármol−producía una otoñal impresión de palacio enca...

La niña de Guatemala o Poema IX - Versos sencillos - José Martí

Martí - Poema IX de "Versos Sencillos" (texto) Poema IX Quiero, a la sombra de una ala, Contar este cuento en flor, La niña de Guatemala La que se murió de amor.  Eran de lirios los ramos, Y las orlas de reseda Y de jazmín: la enterramos En una caja de seda. ...Ella dio al desmemoriado, Una almohadilla de olor, El volvió, volvió casado, Ella se murió de amor. Iban llevándola en andas, Obispos y embajadores, Detrás iba el pueblo en tandas, Todo cargado de flores. ...Ella por volverlo a ver, Salió a verlo al mirador, El volvió con su mujer, Ella se murió de amor. Como de bronce candente, Al beso de despedida, Era su frente la frente, ¡Que más he amado en mi vida! ...Se entró de tarde en el río, La sacó muerta el doctor, Dicen que murió de frío, Yo sé que murió de amor. Allí en la bóveda helada, La pusieron en dos bancos, Besé su mano ...

Soneto XIII - Garcilaso de la Vega

Garcilaso - Soneto XIII - Poesía renacentista SONETO XIII A Dafne ya los brazos le crecían, y en luengos ramos vueltos se mostraba; en verdes hojas vi que se tornaban los cabellos que el oro escurecían. De áspera corteza se cubrían los tiernos miembros, que aún bullendo estaban: los blancos pies en tierra se hincaban, y en torcidas raíces se volvían. Aquel que fue la causa de tal daño, a fuerza de llorar, crecer hacía este árbol que con lágrimas regaba. ¡Oh miserable estado! ¡oh mal tamaño! ¡Que con llorarla crezca cada día la causa y la razón porque lloraba!

Explosión - Delmira Agustini

EXPLOSIÓN ¡Si la vida es amor, bendita sea! Quiero más vida para amar! Hoy siento  que no valen mil años de la idea lo que un minuto azul de sentimiento. Mi corazón moría triste y lento... Hoy abre en luz como una flor febea. ¡La vida brota como un mar violento donde la mano del amor golpea! Hoy partió hacia la noche, triste, fría... rotas las alas, mi melancolía; como una vieja mancha de dolor en la sombra lejana se deslíe... ¡Mi vida toda canta, besa, ríe! ¡Mi vida toda es una boca en flor!

Continuidad de los parques - Julio Cortázar

Continuidad de los parques Había empezado a leer la novela unos días antes. La abandonó por negocios urgentes, volvió a abrirla cuando regresaba en tren a la finca; se dejaba interesar lentamente por la trama, por el dibujo de los personajes. Esa tarde, después de escribir una carta a su apoderado y discutir con el mayordomo una cuestión de aparcerías volvió al libro en la tranquilidad del estudio que miraba hacia el parque de los robles. Arrellanado en su sillón favorito de espaldas a la puerta que lo hubiera molestado como una irritante posibilidad de intrusiones, dejó que su mano izquierda acariciara una y otra vez el terciopelo verde y se puso a leer los últimos capítulos. Su memoria retenía sin esfuerzo los nombres y las imágenes de los protagonistas; la ilusión novelesca lo ganó casi en seguida. Gozaba del placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba, y sentir a...

Rodríguez - Paco Espínola

RODRÍGUEZ, de Francisco Espínola. Como aquella luna había puesto todo igual, igual que de día, ya desde el medio del Paso, con el agua al estribo, lo vio Rodríguez hecho estatua entre los sauces de la barranca opuesta. Sin dejar de avanzar, bajo el poncho la mano en la pistola por cualquier evento, él le fue observando la negra cabalgadura, el respectivo poncho más que colorado. Al pisar tierra firme e iniciar el trote, el otro, que desplegó una sonrisa, taloneó, se puso también en movimiento... y se le apareó. Desmirriado era el desconocido y muy, muy alto. La barba aguda, renegrida. A los costados de la cara, retorcidos esmeradísimamente, largos mostachos le sobresalían. A Rodríguez le chocó aquel no darse cuenta el hombre de que, con lo flaco que estaba y lo entecado del semblante, tamaña atención a los bigotes no le sentaba. -¿Va para aquellos lados, mozo? -le llegó con melosidad. Con...

La casa de Asterión - Jorge Luis Borges

La casa de Asterión Jorge Luis Borges Y la reina dio a luz un hijo que se llamó Asterión. Apolodoro: Biblioteca, III,I Sé que me acusan de soberbia, y tal vez de misantropía, y tal vez de locura. Tales acusaciones (que yo castigaré a su debido tiempo) son irrisorias. Es verdad que no salgo de mi casa, pero también es verdad que sus puertas (cuyo número es infinito) 1  están abiertas día y noche a los hombres y también a los animales. Que entre el que quiera. No hallará pompas mujeriles aqui ni el bizarro aparato de los palacios, pero sí la quietud y la soledad. Asimismo hallará una casa como no hay otra en la faz de la Tierra. (Mienten los que declaran que en Egipto hay una parecida.) Hasta mis detractores admiten que no hay un solo mueble en la casa. Otra especie ridícula es que yo, Asterión, soy un prisionero. ¿Repetiré que no hay una puerta cerrada, añadiré que no hay una...

Ô amour, ô pensées - Étienne Durand

Ô amour, ô pensées… Ô amour, ô pensées, ô désirs pleins de flamme, Une dame, un objet, un brasier que je sens Me blesse, me nourrit, conduit mes jeunes ans À la mort, aux douleurs, au profond d’une lame. Ô amour, ô pensées, courez tôt à ma Dame, Adressez, racontez, montrez comme présents À son cœur, à son âme, à ses yeux tout puissants, Mes passions, mes maux, les douleurs de mon âme. Poussez, faites-lui voir, forcez sa résistance Sa beauté, sa rigueur et sa fière constance À plaindre, à soupirer, à reconnaître mieux Les douleurs, les ennuis, les extrêmes supplices, Que j’ai, que je nourris, que je tiens pour délices , En aimant, en pensant, en désirant ses yeux.   Étienne Durand, Méditations, 1611.

Mon rêve familier - Paul Verlaine

Mon rêve familier Je fais souvent ce rêve étrange et pénétrant D'une femme inconnue, et que j'aime, et qui m'aime Et qui n'est, chaque fois, ni tout à fait la même Ni tout à fait une autre, et m'aime et me comprend. Car elle me comprend, et mon coeur, transparent Pour elle seule, hélas ! cesse d'être un problème Pour elle seule, et les moiteurs de mon front blême, Elle seule les sait rafraîchir, en pleurant. Est-elle brune, blonde ou rousse ? - Je l'ignore. Son nom ? Je me souviens qu'il est doux et sonore Comme ceux des aimés que la Vie exila. Son regard est pareil au regard des statues, Et, pour sa voix, lointaine, et calme, et grave, elle a L'inflexion des voix chères qui se sont tues.

Discovery - the Earth is round

Eratosthenes of Cyrene “When Columbus lived, people thought that the earth was flat. They believed the Atlantic Ocean to be filled with monsters large enough to devour their ships, and with fearful waterfalls over which their frail vessels would plunge to destruction. Columbus had to fight these foolish beliefs in order to get men to sail with him. He felt sure the earth was round.” –Emma Miler Bolenius, American Schoolbook Author, 1919 One of the most enduring myths that children grow up with is the idea that Columbus was the only one of his time who believed that the Earth was round; everyone else believed it was flat. “How brave the sailors of 1492 must have been,” you might imagine, “to travel towards the edge of the world without fear of falling off!” Indeed, there are many ancient references to the Earth being shaped like a disc. And if you knew only of the  two most important  astronomical objects in the sky — the ...

Les confessions - Rousseau

Introduction, pacte autobiographique , premières través du romantisme par l' exaltation du moi . Écrit pendant le siècle des Lumières. Intus, et in cute   (1)      Je forme une entreprise qui n'eut jamais d'exemple, et dont l'exécution n'aura point d'imitateur. Je veux montrer à mes semblables un homme dans toute la vérité de la nature  ; et cet homme, ce sera moi. Moi seul. Je sens mon cœur, et je connais les hommes. Je ne suis fait comme aucun de ceux que j'ai vus ; j'ose croire n'être fait comme aucun de ceux qui existent. Si je ne vaux pas mieux, au moins je suis autre. Si la nature a bien ou mal fait de briser le moule dans lequel elle m'a jeté, c'est ce dont on ne peut juger qu'après m'avoir lu. Que la trompette du jugement dernier sonne quand elle voudra, je viendrai, ce livre à la main, me présenter devant le souverain juge. Je dirai hautement : Voilà ce q...

2 y 3 de Mayo - Goya

Insurrección del pueblo español contra Napoleón Bonaparte.